Hay seres humanos que transforman otras vidas. Sigifredo Ortega Tarancón siempre tuvo un superpoder: el talento de descubrir talento. Este empresario, publicista y radiofonista español influyó positivamente en muchísimas personas. Sabía detectar gestores en lugares inverosímiles y los animaba a incorporarse a sus proyectos para desarrollar sus potencialidades.
Sigifredo Ortega Tarancón, un referente en nuestra empresa
Tuve la suerte de conocer al señor Ortega —siempre lo llamé de esta manera— cuando yo solo tenía diecinueve años. Me encontró trabajando como camarera en Soria y advirtió en mí algún rasgo indescifrable, aquello que fuera lo que veía en ciertas ocasiones: «Tienes talento —me dijo—. Puedes hacer con tu vida lo que quieras. No tengas miedo».
Él fue el resorte que hizo clic en mi persona y me permitió ser empresaria. Pocos años más tarde, con veintitrés cumplidos y la autoconfianza que antes no había tenido, me trasladé a Zaragoza para inaugurar Rodila Plus. Era 2006, un buen espacio-tiempo para emprender una actividad empresarial en la antesala de la Expo.
Sigifredo Ortega no se conformó con descubrirme y motivarme, también fue mi mentor. Ese halo de luz que me marcó el camino en dirección a un destino que entonces me parecía inalcanzable. Me apoyó para formarme en una de las delegaciones de su compañía empresarial, antes de que yo volara para emprender esta aventura que ahora compartimos: Rodila Plus.
Muchísimas gracias, señor Ortega, por haber creído en mí y haberme animado a soñar. Por haberme hecho confiar en mí misma e impulsado a perseguir mi estela, a construir mi presente, a diseñar mi futuro.
El pasado seis de enero, a los noventa y tres años de edad, falleció este hombre tan brillante como sencillo, trabajador y honesto. Fue un segundo padre para mí. Ahora, su ausencia me llena de un vacío silencioso. Pese a ello, sus sabios consejos, sus atinadas palabras y su lúcido respaldo siguen estando conmigo. Van a acompañarme siempre. Él fue un pilar fundamental, historia viva en la génesis de esta empresa, y no dejará de serlo mientras continúe pilotándola.
El más sincero agradecimiento
Gracias de nuevo, señor Ortega, por haber creído en mí y en tantas otras personas. Por haber dedicado tiempo, empeño y determinación a sugerirnos el camino. En el artículo Descanse en paz, Sigifredo Ortega, publicado en la revista nacional Limpiezas, comparto con otros compañeros que lo conocieron algunas de nuestras experiencias y vivencias. Es un buen modo de profundizar sobre quién fue este ser humano único.
No sé qué hubiera sido de mí sin su influencia. Estoy segura, en todo caso, de que Rodila Plus no habría existido como es. Una buena parte de nuestra filosofía, el celo por la calidad, la vocación de servicio y el modo en que afrontamos cada día emana de su forma de entender el trabajo humano.
Descansa en paz, Sigifredo Ortega Tarancón, te lo mereces. Tu legado continúa entre nosotros, absolutamente actual y vivo. Tanto en la esfera profesional como en la humana, tu huella está latente. Gracias por todo, gracias por tanto.